lunes, 27 de abril de 2015

Rastafaris de mentiritas



Fuente de la imagen: Estrella negra: http://estrellanegra.mex.tl/photo_246213_Haile-I.html

El Diccionario de la Real Academia Española asienta las siguientes definiciones: “Alienación: [] 2. f. Proceso mediante el cual el individuo o una colectividad transforman su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que debía esperarse de su condición. [] 5. f. Psicol. Estado mental caracterizado por una pérdida del sentimiento de la propia identidad.”
En México, muy posiblemente debido al pasado colonial, la enajenación es un mal muy extendido. Uno de los grupos de personas que no quisieran ser lo que son es el de los afroalienados, y entre ellos destacan aquellos que quisieran haber nacido jamaicanos, debido al glamour que rodea a personajes como el cantante Bob Marley, o al más cercano y meloso Dread Mar-I.
Estos enajenados suelen usar en su ropa los colores de la bandera de Etiopía, usar dreadlocks, escuchar reggae, declararse creyentes del rastafarianismo y fumar “ganjah”, como llaman a la marihuana dentro de su pose contracultural. Con esta cáscara hueca pretenden ser “diferentes”, ser mejores que los habitantes de “Babilonia”, como llaman a las culturas blancas. ¿De verdad son tan distintos? ¿Cuál es el sustento de sus ideas?
Ellos creen que comportándose como jamaicanos (o como suponen que éstos se comportan), por arte de magia se volverán afrodescendientes (ya que según ellos ése será el gobierno legítimo). Idolatran a Bob Marley y creen que Rasta Fari fue la “reencarnación” de Jah (Como llaman ellos a Dios), al igual que Melquisedec, Jesús y Marcus Garvey. Lo que ignoran es que Rasta Fari nunca aceptó ser esa encarnación divina (la cual inventaron con base en Sal 87, 4-6); ignoran también que la reencarnación es un invento de la cultura occidental a la que tanto desprecian, y que el mismo Haile Selassie promovió la visita a Jamaica de ministros ortodoxos coptos para desterrar ese error. Ignoran, asimismo, que la Etiopía bíblica no es la Etiopía que fue invadida por Italia. Del mismo modo, se peinan el pelo en trenzas, interpretando la Biblia de manera ridícula y personal, haciendo una caricatura de los nazareos (Lev 21, 5; Núm 6).
Justifican el uso de la marihuana con textos cuya relación sólo es evidente para alguien privado de razón (Gen 3, 17-19, sólo por mencionar una, todas son igual de incongruentes). Usan la Cannabis sin una explicación coherente de la realidad y sin un ritual, contrario a cómo usan los indígenas de Anáhuak las plantas de poder. Lo único que hacen los rastafariztapalapos es comprar yerba a los narcomenudistas, fumarla y sentarse en la banqueta a mirar pasar la vida, con una expresión de franca estupidez, evitando bañarse o cambiarse la ropa durante días, renunciando a su intelecto, tirándose pedos o eructando para escandalizar a la gente, para sentirse, desde su limitado punto de vista, muy “contraculturales”.
En cuanto a su ya legendaria pereza, si estos pseudorrastafaris fueran al menos afrodescendientes, se justificaría una herencia de rechazo al trabajo debida al pasado esclavo, pero: a) los mexicanos afroalienados no son afrodescendientes; entre los verdaderos afromestizos que hay en México figuran los habitantes de la costa Chica de Guerrero y Oaxaca, además de algunos cubanos, colombianos, y los haitianos que en años recientes han llegado a la Ciudad de México (mal para ellos, porque tuvieron que dejar sus lugares de origen; bien para nosotros, porque ellos sí nos enriquecen culturalmente); b) no se trata de adoctrinar a nadie para que sea “productivo”: los habitantes de Anáhuak, desde antes de la llegada de los europeos, amamos el trabajo, porque sabemos que nos transforma; en cambio, estos alienados son haraganes físicos y mentales. Seamos claros: les gusta el efecto de la marihuana, y bien harían en, al menos, dejar de usar esa cáscara pseudorreligiosa para consumir yerba.
Decía atrás que su uso de la Cannabis no está supeditado a una explicación coherente de la realidad. La siguiente página web, elaborada por integrantes de estos grupos, es una clara muestra de que sus textos no son más que un amontonamiento de absurdos: http://estrellanegra.mex.tl/517921_Quienes-son-los-Rastafari.html. Unos cuantos ejemplos: revise el lector su justificación del uso de la marihuana y decida si es evidente que el texto bíblico habla de esta planta (o de cualquier otra con efectos psicotrópicos). Decida también si hay prueba evidente de la divinidad de Haile Selassie o Marcus Garvey (¿algún milagro, alguna demostración doctrinal más allá de su libre interpretación de las Escrituras?); y, si dicen estudiar la Biblia y hablan de "La búsqueda de la repatriación espiritual y física a África", cómo es que dicen rechazar la “religiosidad”?

Se creen afrodescendientes, pero la siguiente galería fotográfica demuestra lo desubicados que se encuentran: http://estrellanegra.mex.tl/gallery.html. Si estas personas dieron a su grupo el nombre de “Organización Cultural Rastafari”, significa que dan a la cultura más peso que a la religión; más aún, en varios sitios del ambiente la llaman “movimiento”; evidentemente, no tienen idea de lo que es una doctrina verdadera. Nunca aceptaré, bajo la hipócrita bandera de la “tolerancia”, dejar de denunciar estas farsas. ¿Todavía hay alguien capaz de querer defender este fraude?