Fuente de la imagen: Estrella negra: http://estrellanegra.mex.tl/photo_246213_Haile-I.html
El Diccionario de la Real Academia Española asienta
las siguientes definiciones: “Alienación: […] 2. f. Proceso
mediante el cual el individuo o una colectividad transforman su conciencia
hasta hacerla contradictoria con lo que debía esperarse de su condición. […]
5. f. Psicol. Estado
mental caracterizado por una pérdida del sentimiento de la propia identidad.”
En México, muy posiblemente debido
al pasado colonial, la enajenación es un mal muy extendido. Uno de los grupos de
personas que no quisieran ser lo que son es el de los afroalienados, y entre
ellos destacan aquellos que quisieran haber nacido jamaicanos, debido al glamour que rodea a personajes como el
cantante Bob Marley, o al más cercano y meloso Dread Mar-I.
Estos enajenados suelen usar en su
ropa los colores de la bandera de Etiopía, usar dreadlocks, escuchar reggae,
declararse creyentes del rastafarianismo y fumar “ganjah”, como llaman a la marihuana
dentro de su pose contracultural. Con esta cáscara hueca pretenden ser
“diferentes”, ser mejores que los habitantes de “Babilonia”, como llaman a las
culturas blancas. ¿De verdad son tan distintos? ¿Cuál es el sustento de sus
ideas?
Ellos creen que comportándose como
jamaicanos (o como suponen que éstos se comportan), por arte de magia se
volverán afrodescendientes (ya que según ellos ése será el gobierno legítimo). Idolatran
a Bob Marley y creen que Rasta Fari fue la “reencarnación” de Jah (Como llaman
ellos a Dios), al igual que Melquisedec, Jesús y Marcus Garvey. Lo que ignoran
es que Rasta Fari nunca aceptó ser esa encarnación divina (la cual inventaron
con base en Sal 87, 4-6); ignoran también que la reencarnación es un
invento de la cultura occidental a la que tanto desprecian, y que el mismo Haile
Selassie promovió la visita a Jamaica de ministros ortodoxos coptos para
desterrar ese error. Ignoran, asimismo, que la Etiopía bíblica no es la Etiopía
que fue invadida por Italia. Del mismo modo, se peinan el pelo en trenzas, interpretando
la Biblia de manera ridícula y personal, haciendo una caricatura de los nazareos
(Lev 21, 5; Núm 6).
Justifican el uso de la marihuana con
textos cuya relación sólo es evidente para alguien privado de razón (Gen 3,
17-19, sólo por mencionar una, todas son igual de incongruentes). Usan la Cannabis sin una explicación coherente de
la realidad y sin un ritual, contrario a cómo usan los indígenas de Anáhuak las
plantas de poder. Lo único que hacen los rastafariztapalapos es comprar yerba a
los narcomenudistas, fumarla y sentarse en la banqueta a mirar pasar la vida, con
una expresión de franca estupidez, evitando bañarse o cambiarse la ropa durante
días, renunciando a su intelecto, tirándose pedos o eructando para escandalizar
a la gente, para sentirse, desde su limitado punto de vista, muy “contraculturales”.
En cuanto a su ya legendaria
pereza, si estos pseudorrastafaris fueran al menos afrodescendientes, se
justificaría una herencia de rechazo al trabajo debida al pasado esclavo, pero:
a) los mexicanos afroalienados no son afrodescendientes; entre los verdaderos afromestizos
que hay en México figuran los habitantes de la costa Chica de Guerrero y Oaxaca,
además de algunos cubanos, colombianos, y los haitianos que en años recientes
han llegado a la Ciudad de México (mal para ellos, porque tuvieron que dejar
sus lugares de origen; bien para nosotros, porque ellos sí nos enriquecen
culturalmente); b) no se trata de adoctrinar a nadie para que sea “productivo”:
los habitantes de Anáhuak, desde antes de la llegada de los europeos, amamos el
trabajo, porque sabemos que nos transforma; en cambio, estos alienados son
haraganes físicos y mentales. Seamos claros: les gusta el efecto de la
marihuana, y bien harían en, al menos, dejar de usar esa cáscara pseudorreligiosa
para consumir yerba.
Decía atrás que su uso de la
Cannabis no está supeditado a una explicación coherente de la realidad. La
siguiente página web, elaborada por integrantes de estos grupos, es una clara
muestra de que sus textos no son más que un amontonamiento de absurdos: http://estrellanegra.mex.tl/517921_Quienes-son-los-Rastafari.html.
Unos cuantos ejemplos: revise el lector su justificación del uso de la marihuana
y decida si es evidente que el texto bíblico habla de esta planta (o de cualquier
otra con efectos psicotrópicos). Decida también si hay prueba evidente de la
divinidad de Haile Selassie o Marcus Garvey (¿algún milagro, alguna
demostración doctrinal más allá de su libre interpretación de las Escrituras?);
y, si dicen estudiar la Biblia y hablan de "La búsqueda de la repatriación espiritual y física a África", cómo es que dicen rechazar la “religiosidad”?
Se creen afrodescendientes, pero
la siguiente galería fotográfica demuestra lo desubicados que se encuentran: http://estrellanegra.mex.tl/gallery.html.
Si estas personas dieron a su grupo el nombre de “Organización Cultural
Rastafari”, significa que dan a la cultura más peso que a la religión; más aún,
en varios sitios del ambiente la llaman “movimiento”; evidentemente, no tienen
idea de lo que es una doctrina verdadera. Nunca aceptaré, bajo la hipócrita
bandera de la “tolerancia”, dejar de denunciar estas farsas. ¿Todavía hay
alguien capaz de querer defender este fraude?