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En El
Tao del Jeet Kune Do, Jun Fan dice:
La mayoría de los
esgrimistas cuando están preparando un ataque o tratando de evitarlo avanzan y
se retiran alternativamente. Este procedimiento no es aconsejable en la lucha porque
el avance y la retirada durante el asalto deben efectuarse rápidamente, mediante saltos y a intervalos irregulares, de tal
forma que el adversario no note la acción hasta que sea demasiado tarde. El
contrario debe ser “adormecido”, entonces es cuando debe lanzarse el ataque tan
rápidamente como sea posible, acomodándose a los movimientos automáticos del
contrario (incluyendo la posible retirada).[1]
Justamente
lo que hace Manny "Pac Man" Pacquiao es:
1)
mantenerse relajado a una distancia donde el contrincante no
lo alcanza,
2)
romper el ritmo del contrario[2] al
meterse de un paso largo a su distancia con un ataque veloz (con lo que Paul
Vunak llama “instinto asesino”),[3] y
3)
retroceder para recuperar la distancia larga, regresando a
una actitud relajada.
El dominio de esta estrategia,
que en palabras puede parecer muy sencillo, pero requiere un entrenamiento constante
y una gran conciencia del propio cuerpo, es lo que el filipino demostró en su
segundo encuentro con Timothy Bradley, quien confiaba en la potencia de sus propios
golpes, pero que, conforme se desarrolló la pelea, fue atacando con fuerza
excesiva que se quedó sin efecto al perder la técnica.
A lo largo de
casi toda la pelea, Bradley fue hacia delante, pero sus desplazamientos, poco a
poco, dejaron mucho que desear, pues perdió el equilibrio al menos en dos
ocasiones, no sólo por los golpes recibidos, sino por estar mal parado. Su
movimiento de cintura lo salvó en más de una ocasión, pero no hizo caer en la
desesperación al filipno.
En esta
ocasión vimos a Pacquiao más cerca de aquel extraordinario boxeador al que
estábamos acostumbrados: sus atributos físicos, su técnica y su estrategia le
llevaron a meter en su juego a Bradley y dominar la pelea, excepto en un par de
rounds. En vez de limitarse a movimientos
de cintura, cuando se ve acorralado suele salir con un elegante desplazamiento
lateral. Un excelente regreso del ídolo filipino, nuevamente campeón de peso
Welter de la OMB, que mostró su superioridad boxística de manera más evidente
que en el encuentro anterior con Bradley, cuando los jueces sorprendieron con
una decisión en favor del estadounidense.
NOTAS:
[1] Bruce
Lee, El Tao del Jeet Kune Do, Madrid,
Eyras, 1990, p. 140 [consultado en línea, en abril de 2014. Las cursivas son mías].
[2] “Normalmente
dos luchadores de igual habilidad pueden seguir sus movimientos recíprocos, y a
menos que exista una diferencia considerable en velocidad, llegan a empatar. [...] Si
el ritmo ha quedado bien establecido, existe una tendencia para continuar según
la secuencia del movimiento. [...] El hombre que pueda romper ese ritmo
mediante una ligera vacilación o un movimiento inesperado, podrá ahora lanzar
un ataque o contraataque con tan sólo una velocidad moderada; su contrario, que
está preparado en su movimiento motor para continuar con el ritmo anterior y
antes de que pueda adaptarse al cambio, habrá sido alcanzado.” Lee, O. cit., p.
63.
[3] Paul Vunak comenta: “Para
lograr el potencial copleto del instinto asesino, nosotros debemos controlar
absolutamente nuestras emociones. Tenemos que ir de una máquina fría, e
insensible a la rabia irrefrenable de un oso pardo y volver atrás en un
segundo, si la situación lo requiere.” V. Vunak, Paul, “Instinto asesino”, en Ronin. Revista y agenda marcial, Año
1, Núm. 4, abril de 2010, p. 25.