miércoles, 29 de agosto de 2012

Del río de la memoria


Mario del Valle
Rehilete, México, 1980
58 pp
17.5 x 17.5 cm
Pasta dura, cosido y pegado.

Consta de 20 poemas en verso libre, distribuidos en tres partes: “Ciclo Las palabras”, “Climas” y “Del miedo”.
Un libro de discurso largamente destilado. Mario del Valle no se vicia con las palabras pero, de otro lado, tampoco se deja restringir en exceso por la forma. Sus imágenes y metáforas se apartan del recurso fácil que es la expresión extraña, aunque algunas son audaces.
Creo distinguir tres temas principales: el amor, la conciencia de la realidad (sin caer en poesía panfletaria) y, en un nivel privilegiado, más que la poesía, el acto poético como una búsqueda constante, que a su vez contiene y nutre los dos temas anteriores.
Mario del Valle es un poeta de esa rara especie que retoma con congruencia, y no con pretensiones, lo mejor de la cultura europea, actitud que se hace patente en su voluntad de equilibrio, de mesura: sus palabras, aún en los momentos de mayor intensidad, nunca llegan al lector sin haber pasado por cierto tamiz que algunos llamarán “buen gusto” y llamo “dignidad”. En este proceso se aparta sabiamente de la pose y de la frivolidad, que muchos escritores confunden con compromiso y con libertad, respectivamente.

Un fragmento de “Desde el minucioso invierno”:

“Llegaré a la vasta región con armadura,
apretando los puños por si algún sujeto osara anticiparse
a tu instancia de flores proferidas,
rastreando en tu memoria penas,
para ofrecerte con máscara de amor, olvido.” (1)

_______________________________________
1. Del río de la memoria. Mario del Valle. Rehilete, México, 1980. P. 35.


Gracias, Mario.

Helarte de la errata


Carlos López
Praxis, México, 2005
88 pp
10.5 x 13.5 cm
Pasta blanda, cosido y pegado.

Lo habitan cuatro apartados: “ e.rat@”, “Los cuatro puntos cardinales son tres: éste y el otro (Tin tan)”, “¿Tender a subir o subir a tender?” y “El mal hábito habito”. El primer apartado es una enumeración hilarante de erratas en diversas publicaciones; el segundo consiste en una serie de preguntas y respuestas a exámenes escolares, donde encontramos respuestas realmente sorprendentes; el tercero ofrece disparates dichos por funcionarios tan importantes como el expresidente de México o el todavía presidente de Estados Unidos. Por último, una enumeración de las inconsistencias del Diccioanrio de la Real Academia de la Lengua Española.
 Para muestra un botón:
 “José Esteban refiere el caso de algunas erratas que califica de invencibles, por resistirse a las correcciones, como la frase que elogiaba a una mujer a quien debía recompensársele sus ‘infinitos servicios’ y fue impresa ‘ínfimos servicios’; al corregirla, apareció ‘infames’ y, en una nueva corrección ‘íntimos’.”
 No se trata sólo de una lista de erratas, sino de un divertido paseo en un jardín habitado por tan entrañables flores, para usar el símil asentado en alguna página del libro.