lunes, 19 de octubre de 2015

Carrera STUNAM. Mejoras urgentes




Fue mi segunda carrera “oficial”. No es el STUNAM quien debe mejorar. Soy yo.
La primera mejora urgente es elemental: debo entrenar mejor y con mayor constancia, así como prestar mayor atención a mi dieta y sueño. Fueron 8 km e hice un tiempo de 41 minutos y algunos segundos. Realicé un sprint final de 200 m, lo cual me hace pensar que pude haber rendido más. Hasta hace un par de meses solía correr dos o tres veces por semana unos 11 km y hacer 45 minutos (claro, en terreno plano). Mi rendimiento en esta carrera fue menor que el acostumbrado.
Segunda mejora urgente: debo llegar temprano. La carrera empezó a las 6:30 p. m. No calculé que el transporte público se tardaría en llegar, ni que iría a paso de tortuga, de modo que llegué después de las 6:10. Pasar por mi camiseta y luego a los sanitarios (ante el sorpresivo frío del día) me retrasó. El retraso me impidió calentar y hacer estiramientos adecuados. Seguro afectó mi rendimiento, porque después de la mitad de la carrera comprobé con sorpresa que mis piernas se movían con mayor esfuerzo.
Otra consecuencia fue que me coloqué poco atrás de la mitad de los corredores, y esto retrasó la posibilidad de acelerar el paso. Incluso me encontré con la Familia Telerín: unos diez corredores que avanzaban lentamente en fila, uno al lado del otro, y no dejaban rebasar. Sólo faltaba que se tomaran de las manos. Entre ellos se preguntaban: ¿“Dónde va Fulano?”, “Dónde va Zutana”?
Tercera mejora urgente: corregir mi zancada. Mi amigo Emanuel me hizo la observación de que doy una zancada larga… que se acorta en el último instante. De ser así, tengo un despilfarro de energía tan largo como la carrera. Debo concentrarme en la técnica.
Cuarta mejora: estoy muy acostumbrado a correr en plano y solo. Las diferencias de inclinación y el ir con más corredores me presiona bastante. ¿Cómo solucionarlo? Variando la inclinación del terreno y participando en más carreras en forma.

La competencia siempre es con uno mismo, pero los demás son una referencia, así que para la próxima carrera, en diciembre, tengo programado, por lo menos, mantener el ritmo de mi concuño Emanuel. Concuño: ¡gracias por invitarme a participar! ¡Ánimo, corredores!

lunes, 12 de octubre de 2015

Descubrir



Es hora de pasar a otro término con el que la educación oficial nos ha adoctrinado, pues se supone que “Cristóbal Colón descubrió América”:

descubrir.
(Del lat. discooperīre).

1. tr. Manifestar, hacer patente.
2. tr. Destapar lo que está tapado o cubierto.
3. tr. Hallar lo que estaba ignorado o escondido, principalmente tierras o mares desconocidos.
4. tr. Registrar o alcanzar a ver.
5. tr. Venir en conocimiento de algo que se ignoraba.
6. prnl. Quitarse de la cabeza el sombrero, la gorra, etc.
7. prnl. Dicho de una persona: Darse a conocer, cuando por alguna razón, vestido, distancia, etc., no había sido reconocida.

*El significado que nos importa ahora es el número 3. Nuestro continente y las islas que forman parte del mismo complejo geográfico y cultural era “ignorado o escondido”... para los europeos (y eso posiblemente no fuera del todo cierto, según la investigadora andalusí Luisa Isabel Álvarez de Toledo, cuyo texto África vs. América espero reseñar pronto). Pero quien más debe importar en un contexto determinado es el propio habitante del lugar, y para los nativos de Anáhuak, su propia tierra no era una “tierra desconocida”. Si es verdad que la gente de Anáhuak llegó por el estrecho de Bering, esos fueron los únicos descubridores, y no otros, excepto por la posibilidad de que unos extraordinarios navegantes (ellos sí extraordinarios, por los medios con que contaban) hayan llegado a Perú desde el sudeste asiático.
Expongamos la idea de descubrimiento en toda su absurdidad, con un ejemplo. Yo no conozco Andalucía, pero si fuera allá y dijera solemnemente que soy su descubridor, sólo porque yo no conocía ese lugar antes del viaje, los andaluces se reirían de mí, con toda razón. ¿Por qué entonces se dice que los europeos “descubrieron” América? ¡Es totalmente ridículo!
La respuesta es sencilla: usar el término descubrimiento es parte de la propaganda que busca convertir a los europeos en los únicos protagonistas de la historia, con exclusión de todos los demás pueblos.
También se han usado otros eufemismos, durante la conmemoración de la llegada de Colón a Guanahaní: “Encuentro de dos mundos”, por ejemplo. Ese tipo de expresiones dejan de lado, mañosamente, una realidad de magnitudes enormes: la invasión, la sistemática explotación a lo largo de más de cinco siglos, el despojo, la desaparición de incontables etnias, la aculturación forzosa, ya sea por las armas, el derecho, la economía o la ideología.
Otros términos usados con pésimas intenciones, y que no abordaremos de momento, por cuestiones de espacio, son civilización, pacificar y alta cultura. Volveremos a ellos en publicaciones posteriores.


REFERENCIAS:
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española:

www.rae.es/rae.html [consultada en octubre de 2014]

viernes, 9 de octubre de 2015

"Indios" según la Real Academia Española de la Lengua

Etnia Shuar de Ecuador

La cultura occidental moderna se ha impuesto en casi todo el mundo de manera brutal, aunque también por medios más sutiles y peligrosos. Una de las armas para lograrlo ha sido, y sigue siendo, su enorme capacidad de falsear las palabras, torcer su significado y presentar así los argumentos más dañinos y egoístas con un disfraz de inocencia y buena fe.
Para contribuir a contrarrestar la colonización por medio del lenguaje, analizaremos algunas de las expresiones que siguen siendo usadas con los motivos más mezquinos; muchas de éstas están ya tan arraigadas en la cultura occidental y moderna, que los mismos que debieran sentirse agraviados por este abuso del lenguaje incluso participan de las ideas colonialistas, sin siquiera darse cuenta. Delante de cada palabra analizada asentaremos las reflexiones pertinentes, precedidas por un asterisco.

Indio. La máxima autoridad en lengua española, es decir la Real Academia Española de la Lengua (RAE) asienta los siguientes significados:

indio1, dia.
1. adj. Natural de la India. U. t. c. s.
2. adj. Perteneciente o relativo a este país de Asia.

*Estos son los únicos dos términos que debemos tomar como verdaderos, en cuanto a gente se refiere.

3. adj. Se dice del indígena de América, o sea de las Indias Occidentales, al que hoy se considera como descendiente de aquel sin mezcla de otra raza. U. t. c. s.
4. adj. Perteneciente o relativo a estos indios. Traje indio. Lengua india.

*Aquí comienza el absurdo. Incluso la explicación “o sea de las Indias Occidentales” resulta ridícula. Cristóbal Colón creyó (o fingió creer) que había llegado a la India, como le llamaban los españoles a Asia en general, pues buscaba un camino alternativo a la Ruta de la Seda. Supongamos que en verdad Colón ignoraba que se trataba de un continente aparte: si los europeos se dieron cuenta, al paso del tiempo, de que se trataba de unas tierras totalmente distintas, ¿por qué la Real Academia sigue considerando que se trata de las “Indias Occidentales”? ¿No se han enterado de que Anáhuak es un continente distinto? ¡No hay más que una India: el gran país, cuna del Kalaripayatu y de Gandhi, que se encuentra en Asia!

Nunca han existido las “Indias Orientales” y las “Indias Occidentales”. Sólo existe una India: la tierra de los Vedas, Mahatma Gandhi, y Bodhidharma.

5. adj. despect. Guat. y Nic. inculto ( de modales rústicos).
*El asunto se pone cada vez peor: a España, sin duda, le conviene fomentar el uso despectivo del término, aunque no lo digan abiertamente los académicos. Cabe destacar que los pueblos de Anáhuak, como cualquier otro, eran conocedores de su propia cultura, y en ese momento ignoraban la cultura occidental moderna. Eso no es ser “inculto”, pues en el mundo jamás ha existido UNA sola cultura, sino muchas.
6. m. Cuba. Sol. EL indio.

*Esta entrada sí que requeriría otro análisis, que, de momento, rebasa nuestros propósitos.

indio de carga.
1. m. indio que en las Indias Occidentales conducía de una parte a otra las cargas, supliendo la carencia de otros medios de transporte.

* Si este significado pertenece al pasado, como se aprecia en la conjugación del verbo, y si se trata de un pasado vergonzoso, como de hecho lo es, ¿por qué la Academia se empeña en conservarlo? A leguas se ve que los académicos siguen suspirando por el imperio.

~ sangley.
1. m. y f. sangley.
*Esto nos lleva a otra entrada del diccionario, una verdadera joya como medio de difusión de la ignorancia:
sangley.
(Del tagalo sanglay, y este del chino šang-lúi).
1. adj. Se decía del chino que pasaba a comerciar en Filipinas. U. t. c. s.
*Una vez más: los chinos no son indios, así como los tibetanos no son turcos ni rusos. Pero esta entrada demuestra una cosa: para los españoles daba igual ser tlaxcalteca o tagalo, siempre que se fuera objeto de explotación. Continuemos.


caer de indio.
1. loc. verb. R. Dom. Caer en un engaño por ingenuo.
hacer el ~.
1. loc. verb. coloq. Divertirse o divertir a los demás con travesuras o bromas.
2. loc. verb. coloq. Hacer algo desacertado y perjudicial para quien lo hace. Hice el indio al prestarle las cinco mil pesetas que me pidió.
*Los españoles invasores confundieron la hospitalidad con la idiotez, la amabilidad con la cobardía. ¿Qué más se podía esperar de estos bárbaros? Pero lo realmente sorprendente es que la Academia, más de 500 años después, tenga la misma idea y la difunda sin una pizca de pudor.

¿somos indios?
1. expr. coloq. U. para reconvenir a alguien cuando quiere engañar o cree que no le entienden lo que dice.
subírsele a alguien el ~.
1. loc. verb. Am. montar en cólera.
*Continuamos con los significados negativos. Esta gente realmente ama los insultos, y lo mejor de todo es que intenta presentar su actividad como una labor “cultural” y “desinteresada”.

V.
*Esto nos lleva a otra entrada: fila india.
1. f. La que forman varias personas una tras otra.
¡Bravo! Esta entrada es casi acertada. Muchos pueblos de Anáhuak, para el viaje, la peregrinación y otras actividades, usan esta formación... pero no son indios.


*Revisemos su propia entrada:

~de indios.
1. m. Sistema seguido en la colonización de las Indias desde principios del siglo XVI, con la finalidad de dotar de mano de obra a las explotaciones agrícolas y mineras. Se repartía un número determinado de indios entre los colonizadores españoles, y la asignación se hacía en encomienda, o sea, en una relación de patrocinio, por la cual los indios quedaban debiéndole obediencia al encomendero.

*Una preciosa muestra de eufemismos baratos. Donde dice “dotar de mano de obra a las explotaciones agrícolas y mineras” debería decir: “esclavizar seres humanos para explotarlos hasta su muerte en el campo y las minas”. Dice la entrada que los “indios” quedaban “en una relación de patrocinio”. ¿Qué dice el diccionario acerca de esta última palabra?

patrocinio.
(Del lat. patrocinĭum).
1. m. Amparo, protección, auxilio.

¡Vaya idea de la protección! Falta decir que, a cambio, el encomendero se obligaba a evangelizar a los nativos, “beneficio” que ellos no pidieron, así como no eligieron ser invadidos, y que los encomenderos no cumplían a cabalidad, sencillamente porque, cegados por su codicia, estaban más ocupados en robar, esclavizar, violar, torturar y matar mujeres hombres, ancianos y niños.

indio2, dia.
(De índigo).
1. adj. De color azul.
*Veamos qué dice la entrada directa de índigo:
índigo.
(Del lat. Indĭcus, de la India).
1. m. añil ( arbusto papilionáceo).
2. m. Pasta que se hace de las hojas y tallos de esta planta.
3. m. añil ( color azul oscuro). U. t. c. adj.

*Felicitamos a los miembros de la RAE: esta vez lograron asentar un significado apegado a la verdad.

2. m. Elemento químico de núm. atóm. 49. Metal escaso en la corteza terrestre, se encuentra en la blenda y otros minerales de hierro, plomo, cobre y estaño. Dúctil, blando y maleable, sus derivados producen a la llama un intenso color índigo. Se usa en la fabricación de rodamientos y semiconductores. (Símb. In).

*Este nombre se deriva del color, de modo que su derivación tampoco es errada.

En resumen, tenemos cuatro significados verdaderos, tres erróneos, uno incierto, uno abiertamente peyorativo y cinco que implican una relación humillante con el europeo. Ante esto, es justo y acertado que los indígenas de Anáhuak se resistan a ser llamados indios, y ellos, sus descendientes y sus simpatizantes busquemos alternativas, como indígena, nativo o aborigen y para su colectividad, habitantes originarios. Me inclino por Anahuaka (el habitante de Anáhuak) y Abya-yalense (habitante de Abya-Yala) como genérico, y refiriéndome a cada etnia en particular, prefiero el nombre con que cada una se autodenomina: aymara, lakota, náhuatl, shuar, etcétera. Aclaro que entre los pueblos originarios también hay quienes reivindican el uso de la palabra indio, pero esto rebasa el objeto de este texto.
Aprovecho este medio para felicitar a la Fundación para el Español Urgente por darse a la tarea de investigar las connotaciones de la palabra indio en Anáhuak, Abya-Yala, pero si consideramos, para empezar, que fue un nombre erróneo dado por los invasores, que a ellos debemos su uso despectivo a lo largo de siglos (por lo que ahora es sumamente difícil desarraigar), y vemos las connotaciones negativas y colonialistas que asienta el DRAE, es evidente que es preferible usar el término exclusivamente para los habitantes de la India.
Los comentaristas de Fundéu dicen no ver nada despectivo en el uso del término, y que usarlo ayudaría a eliminar esas connotaciones. Afirmar esto es, cuando menos, ingenuo. Tal vez estas personas no conocen la historia de Anáhuak a partir de la Invasión. Como pueblos dominados, los indígenas recibieron el sobrenombre impuesto por los invasores: indios. Históricamente, y gracias a la relación de dominación, la palabra se llenó, forzosamente, de un significado peyorativo, que implicaba inferioridad, ignorancia y pobreza, además de todos los vicios imaginarios que los escritores de la Colonia les atribuyeron a los aborígenes de Anáhuak para justificar el dominio político.
Se puede alegar que los chicanos retoman el término despectivo que imita la palabra mexicano y la convierte en chicano, y la reivindican, y que lo mismo deberíamos hacer los hispanohablantes con el término indio; pero el proceso lingüístico de los chicanos tiene apenas unas cuantas décadas por lo cual su reversibilidad es comprensible, y no de más de cinco siglos, como ocurrió con el uso del término indio, parte de toda una campaña de desprestigio.

Por otra parte, declaran los  miembros de Fundéu que pidieron opinión a periodistas hispanohablantes, pero no declaran haber consultado a los principales interesados: los indígenas mismos. ¿No es esto ceguera voluntaria?



REFERENCIAS:
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española:
www.rae.es/rae.html [consultada en octubre de 2014]
Fundación para el Español Urgente:

martes, 8 de septiembre de 2015

Catecismo y violencia

Kampilan, espada tradicional filipina

Las Artes Marciales, como cualquier otro Arte (en el sentido tradicional del término), no son una “expresión estética”, sino una técnica, un medio de realización del ser. Como Arte y ciencia tradicional, cada arte marcial tiene un sendero metafísico propio: los diferentes linajes del Wu Shu tienen su fundamento en el Taoísmo; el Muay Thay y el Muay Borán, en el budismo Therevada y el Hinduismo; los linajes de Japón, en el complejo religioso japonés (Shinto, Budismo); ciertos linajes de Silat, en el Islam.
¿Qué base metafísica tiene el conjunto kali-escrima-arnis? Lo más cómodo sería asumir lo que se ha repetido hasta el cansancio: en las Filipinas prehispánicas (si puede emplearse este término) había una serie de tribus desunidas y enfrentadas que practicaban distintas religiones, hoy extintas; por lo tanto es imposible saber algo al respecto. Sólo quedan algunas supersticiones, como tatuarse una “orasión” en el miembro que se quiere proteger.
A reserva de consultar el trabajo de los antropólogos y sociólogos (que lo hay) sobre las religiones tribales, queda tomar en cuenta que el 80% de los filipinos son católicos y el 5 por ciento son musulmanes.
La mayoría de las personas identifican automáticamente al catolicismo con la aceptación irremediable del sufrimiento en esta vida, ante la promesa de una dicha en el Cielo. ¿Esto realmente es así? Como practicantes de Artes Marciales Filipinas, como mexicanos (cerca de 90%), y ante la evidente incapacidad (o falta de voluntad) del Estado para protegernos de la violencia, vale la pena conocer qué nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica sobre la legítima defensa. En un texto posterior abordaremos el tema desde el punto de vista musulmán.

La legítima defensa

2263 La legítima defensa de las personas y las sociedades no es una excepción a la prohibición de la muerte del inocente que constituye el homicidio voluntario. “La acción de defenderse puede entrañar un doble efecto: el uno es la conservación de la propia vida; el otro, la muerte del agresor... solamente es querido el uno; el otro, no” (S. Tomás de Aquino, s. th. 2-2, 64, 7).

2264 El amor a sí mismo constituye un principio fundamental de la moralidad. Es, por tanto, legítimo hacer respetar el propio derecho a la vida. El que defiende su vida no es culpable de homicidio, incluso cuando se ve obligado a asestar a su agresor un golpe mortal:

Si para defenderse se ejerce una violencia mayor que la necesaria, se trataría de una acción ilícita. Pero si se rechaza la violencia en forma mesurada, la acción sería lícita... y no es necesario para la salvación que se omita este acto de protección mesurada a fin de evitar matar al otro, pues es mayor la obligación que se tiene de velar por la propia vida que por la de otro (S. Tomás de Aquino, s. th. 2-2, 64, 7). 2265 La legítima defensa puede ser no solamente un derecho, sino un deber grave, para el que es responsable de la vida de otro, del bien común de la familia o de la sociedad.”

(Es por esto que, aquellos pasajeros que han matado asaltantes, y aquellos que se han negado a identificarlos, no deberían ser tachados de homicidas ni de cómplices. El resalte tipográfico es mío.)

2266 La preservación del bien común de la sociedad exige colocar al agresor en estado de no poder causar perjuicio. Por este motivo la enseñanza tradicional de la Iglesia ha reconocido el justo fundamento del derecho y deber de la legítima autoridad pública para aplicar penas proporcionadas a la gravedad del delito, sin excluir, en casos de extrema gravedad, el recurso a la pena de muerte. Por motivos análogos quienes poseen la autoridad tienen el derecho de rechazar por medio de las armas a los agresores de la sociedad que tienen a su cargo.

(Esto es lo que tendría que estar haciendo el Estado, pero en sus  profundas degradación y corrupción, no podemos esperar, cruzados de brazos, que cumpla su deber.)

Las penas tienen como primer efecto el de compensar el desorden introducido por la falta. Cuando la pena es aceptada voluntariamente por el culpable, tiene un valor de expiación. La pena tiene como efecto, además, preservar el orden público y la seguridad de las personas. Finalmente, tiene también un valor medicinal, puesto que debe, en la medida de lo posible, contribuir a la enmienda del culpable (Cf. Lc 23, 40-43).

(En teoría la función del sistema penal es reinsertar al delincuente a la sociedad pero, nuevamente, gracias a la corrupción de nuestras instituciones, la cárcel es más bien la universidad del crimen.) 
2267 Si los medios incruentos bastan para defender las vidas humanas contra el agresor y para proteger de él el orden público y la seguridad de las personas, en tal caso la autoridad se limitará a emplear sólo esos medios, porque ellos corresponden mejor a las condiciones concretas del bien común y son más conformes con la dignidad de la persona humana.


A estas alturas, los ciudadanos comunes no podemos esperar gran cosa de los medios incruentos. La gente quisiera ocupar su mente en ser feliz y hacer felices a los suyos, pero en cambio está siendo orillada a defender su integridad como pueda, pues las autoridades correspondientes cobran por un trabajo que no hacen, y de paso extorsionan a los policías llanos, obligándolos a su vez a dañar a aquellos a quienes deberían proteger.

Próximamente: Rebelión y Catecismo

viernes, 4 de septiembre de 2015

Multiniveles: Manual Definitivo

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1.  Comprar el periódico del día.
2.  Buscar la sección de empleos y tirar al cesto de basura del metro el resto del periódico.
3.   Aplicar marcatexto verde claro a tres o cuatro anuncios del estilo “ARME juguetes en casa. Empiece hoy mismo. Lic. Klarissa.”
4.  Retrasar la hora de la comida para llamar a eso de las cuatro de la tarde. Cuando la telefonista otorgue una cita para el día siguiente, sugerir, con tono de preocupación, acudir hoy mismo. Imaginar cómo ella pregunta a su superior inmediato si aún hay lugar para alguien más. Aceptar con voz agradecida cuando ella diga que sí, que puede uno llegar a las cinco y media de la tarde. Tomar nota de la dirección.
5.  Llegar unos minutos tarde a la cita. Registrarse en la recepción del edificio y dejar identificación.
6.  Subir por las escaleras, no por el elevador, hasta el piso donde la recepcionista de la empresa preguntará a qué va uno. Responder cuando se lo soliciten que sí, que es la primera vez que uno busca empleo por teléfono, y dar el nombre que viene en el anuncio. Sonreír al compañero efímero que llegó segundos antes que uno. Recibir el papelito de manos de la recepcionista y seguir al hombre del traje malcosido hasta la Sala de Capacitación.
7.  Sentarse hasta atrás (o adelante, si todavía hay lugar). Mirar con atención los ojos de Salomé, cada vez que ella voltee e interrumpa momentáneamente su garabateo de cantidades estratosféricas de dinero.



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8.  Entrar en sintonía con Salomé. Completar a coro, con el resto del grupo, los enunciados de la expositora:

Salomé: El que no arriesga no...
Grupo: Gana.
Salomé: ¿A poco no? No me des pero tampoco me...
Grupo: Quites.
o
Salomé: Hay gente que sale a buscar trabajo con ganas de no...
Grupo: Encontrar.
o
Salomé: ¿Apoco no? Luego uno regresa a buscar la empresa y ellos ya no...
Grupo: Están.
etcétera.

9.  Escuchar pacientemente que es ilógico ir a buscar trabajo y llevar prisa, que los 60 minutos que le pidieron a uno serán reducidos a 20 minutos, pues Salomé será práctica y clara; que pusieron anuncios que anunciaban todo menos lo que te están explicando porque los choferes, los ensambladores, las amas de casa y los estudiantes tienen cualidades que la empresa aprovechará.
10.        Ver con gesto de sorpresa y desagrado cómo la compañera eventual se levanta y se va, y escuchar atentamente los comentarios de Salomé al respecto.
11.         Resistir estoicamente las ganas de retirarse igual que la compañera eventual o siempre no compañera. También resistir el calor de la Sala de Capacitación y su consecuente coctel de aromas.
12.         Al finalizar la intervención de Salomé, responder el examen de una página que aplicará otro de los anfitriones.
13.         A a la pregunta de “¿Usted se considera ambicioso?” responder “cierto”. A la pregunta de “¿Cuánto desea ganar al mes?” responder que  el doble de la máxima oferta durante la exposición. A la pregunta de “¿Se siente usted culpable cuando miente?” responder “falso”. A la pregunta de “¿Desde cuándo estaría usted dispuesto a comenzar?” responder que hoy mismo.
14.         No reírse ante el nombre de la empresa, que suele ser “Grupo de Empresarios De Éxito” o “Ejecutivos de Excelencia” u otro por el estilo.
15.         Esperar con paciencia el resultado del examen. Obedecer la orden de silencio y mirar con molestia a quienes no la acaten.
16.         No mirar demasiado cuando la anfitriona a las espaldas de uno (que no se sabía si era candidata o anfitriona) le cierre el paso a un candidato que quiere salir de la Sala de Capacitación. No mirar demasiado la cara de hartazgo de ella.
17.         Mirar con gesto entre anhelante y angustiado cuando el anfitrión pida ponerse de pie a Fulano, Zutana y Mengano, para después pedirles que lo sigan. Repetir la operación con el segundo grupo.
18.         Ponerse de pie cuando el anfitrión lo nombre a uno, en el tercer grupo, y seguirlo diligente. No mirar demasiado la expresión de los miembros de Grede o Ejex o como se llame la empresa, en el camino al cubículo de Salomé.
19.         No sentarse al llegar de nuevo con Salomé, mientras ella reparte pases para el curso de mañana al resto del tercer grupo. Sentarse sólo cuando ella se lo pida a uno, momento para el cual los demás miembros del grupo se habrán retirado.
20.         Responder a Salomé que sí, que uno tiene ya un trabajo y que por eso no puede acudir al curso de mañana, que porque es temporada de muchísima actividad en el otro trabajo. Que gracias pero no puede uno ir ni mañana ni pasado mañana.
21.         Responder a Salomé que gracias, que la esposa de uno también trabaja mañana.
22.         Esperar un silencio incómodo. Aprovecharlo, cuando surja, para preguntarle que qué actividades realizaría uno si se quedara.
23.         Escuchar, sonriente, que etiquetar y foliar y engrapar documentos, que la empresa le pondría a uno la línea telefónica y, como el horario del otro trabajo se acaba a las 5 de la tarde, uno laboraría de 6 a 10 para Grede o Ejex o como se llame.
24.         Responder, con la máxima amabilidad y calma, que no, que gracias, que de verdad agradece uno muchísimo la oportunidad, pero que uno quería trabajar en la madrugada haciendo algo con las manos porque su otro trabajo es intelectual, que tiene mucho que no hace uno nada con las manos y que eso era todo lo que en verdad buscaba.

25.         Levantarse sin prisa, sonreír ampliamente, apretar con suavidad y cortesía la mano de Salomé (el varón con la palma hacia arriba, para transmitir apoyo) y desearle éxito. Mucho éxito. No mirar más de un segundo su cara de “¡Chin...!”

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viernes, 19 de junio de 2015

Linchamientos y monopolio de la violencia

Foto: 20minutos.com.mx, 2014

Cada vez son más frecuentes las noticias sobre intentos de linchamiento en diferentes puntos del país. Casi todos son frustrados por cuerpos policiacos. ¿Por qué le interesa tanto a las autoridades impedir que se concreten?
Los ciudadanos damos al Estado la facultad de ejercer la violencia para que nos proteja de los delincuentes; a cambio, renunciamos a ejercer la violencia por nuestra propia mano, así sea en busca de justicia. Pero los ciudadanos comunes y corrientes cada vez estamos más expuestos a extorsiones, asaltos, secuestros, violaciones y muchos otros peligros, a manos del crimen organizado. Esto significa que el Estado no es capaz de proteger a los ciudadanos, o que no le interesa.
Tenemos un Estado sometido al crimen organizado, tanto al ilegal (narcotraficantes, secuestradores, asesinos) como al “legal” (narcopolíticos, empresarios sin escrúpulos, autoridades corruptas y sus porros). El policía que pide mordida es apenas la parte visible: arriba de él está el jefe policiaco corrupto, que a su vez da su “cuota” al juez, al gobernador, al empresario, al jefe militar, al gobernador… Por supuesto, también hay policías que cumplen su deber, como aquel que metió una bala a un asaltante el pasado 10 de junio.
Es evidente que la clase comerciante-política sólo busca su beneficio propio. Son unos parásitos que quisiéramos sacudirnos, pero no sabemos cómo. Las elecciones son un circo donde las propuestas políticas no responden a nuestras necesidades, y siempre está la trampa legal que permite a los partidos explotar incluso el abstencionismo. Las opciones son claras: votar por cualquier opción que no sirve o renunciar al voto, ya sea no votando o anulando el voto, y de todos modos fortalecer a los diferentes partidos, que no nos representan y que se tapan con la misma cobija.
Nuestro presidente de la república dice que tiene "respaldo y apoyo amplio de la sociedad", nuestro secretario de Hacienda dice que la economía va muy bien (será la economía de sus familias); el presidente el INE dice que las elecciones fueron un éxito, y que "2018 no debe ser rehén de demandas sociales" (claramente no entiende para qué se supone que existe el gobierno). Parece que hablaran de otro país. Si la clase política no sirve para representarnos, ni hace lo necesario por el bien de todo el país en materias de economía, salud, vivienda… ¿para qué los necesitamos? ¿Para que coman con reyes europeos mientras el pueblo muere de hambre, o de enfermedades tan simples como diarrea o gripa? Si al menos garantizaran nuestra seguridad…
Pero no. Precisamente por eso la urgencia policiaca de evitar linchamientos: al parecer la justicia por propia mano es la única que puede esperarse en un país donde los criminales no van a la cárcel, o salen o se escapan fácilmente, mientras los policías se dedican a llenar la delegaciones con beodos inofensivos o meones, o los delincuentes resultan ser policías o expolicías. En un país donde la justicia está llena de burocracia y regateos, abogados que alargan juicios para sacar más dinero, donde el que tienen más dinero tiene a la justicia de su lado, no hay muchas opciones. Cuando la gente se acostumbre a ejercer la justicia por su propia mano, se dará cuenta de que no necesita para nada a la clase política. Adiós políticos y adiós a sus empleados, es decir, la fuerza pública.

Esa clase política está muy confiada, muy segura de que en los mexicanos ya no queda el arrojo necesario para otra Revolución, ni otra Guerra Cristera, ni otro 68, ni otro Alzamiento Zapatista. Pero deberían pensarlo mejor: muchas cosas no suceden por valentía, sino por CANSANCIO. ¿Será que nunca ven las noticias? Mientras la violencia aumenta, ellos están muy ocupados en inventar nuevas formas de saqueo para poder darse lujos excéntricos de realeza. Están dando motivos de sobra para que la gente común y corriente los eche a patadas o a balazos, y desgraciadamente, en el estado actual de las cosas, nada garantiza que eso mejore la situación del país.