Stan
Lee en 1973.* Fuente:
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/e/ec/Stan_Lee_1973.jpg?uselang=es
Se suele dar por sentado que un texto
crítico debe ser “objetivo”, sobre todo cuando se trata de analizar una obra de
arte, que se supone sólo debería ser explorada en su aspecto estético, y además
se pretende tratar dicha obra como si fuera inocua por el sólo hecho de ser
“arte”. No hay pretensión más hipócrita: si tomamos en cuenta, en primer lugar
la mala fe de los creadores; y en segundo, el poder de penetración del cómic, presumir
de “objetividad” en este caso es una de dos, una cobardía o una vileza.
Stan Lee mostró una
imaginación desbordante y una capacidad incomparable para concebir personajes.
Su trabajo con dibujantes como Jack Kirby y Steve Ditko dio como resultado
historietas de acción intensa y una narrativa visual extraordinariamente
efectiva, que atrapaba la atención del lector en cada página, de principio a
fin (y lo dejaba con ganas de más), episodio tras episodio. Además, su equipo
consiguió que el público siguiera más de una revista, para conocer completas
las historias de los diferentes personajes que se entrelazaban por medio de
referencias cruzadas. Creó personajes que han pasado la prueba del tiempo, como
lo demuestra la relativamente reciente ola de remakes cinematográficos que retoman superhéroes como The Avengers,
The X-Men y Hulk. Hasta aquí todo está bien: todo el mundo tiene derecho de
ganarse el pan siguiendo sus capacidades e inclinaciones personales.
Por otra parte, no es secreto,
ni siquiera novedad, que los comics estadounidenses han sido propaganda
política: el Capitán América (creado por Joe Simon y Jack Kirby en 1941)
combatía a los nazis, en plena Segunda Guerra Mundial; del mismo modo, décadas
después y sin ser el único durante ese tiempo, un Frank Miller ya en franca
decadencia, combate a Al-Qaeda por medio de la historieta.1
Sería largo enumerar cada
una de las situaciones, dentro de la enorme industria Marvel, donde florece la
histeria xenofóbica. Para el presente texto nos limitaremos a señalar los
ejemplos contenidos en un solo tomo de Los
Vengadores,2 pues el racismo antiindigenista es el que nos ocupa
en esta ocasión (aunque el suprematismo blanco está presente de muchas formas a
lo largo de todos los productos de esta compañía, aun con intentos de
maquillaje como la creación del superhéroe afroamericano Black Panther).
Gracias a la capacidad de
síntesis narrativa de este equipo de creadores, no es necesaria una búsqueda
exhaustiva para encontrar viñetas que nos responden una pregunta concreta:
¿Cuál es el papel de los indígenas en el cómic de Los Vengadores? Analicemos las viñetas.
En la página 82 de la
compilación en español (The Avengers,
núm. 4, marzo de 1964, p. 1), en la última viñeta (las enumeramos según el
orden de lectura de cada página), un “esquimal” levanta los brazos, mientras
varios personajes similares hace una reverencia como las de los dibujos
victorianos que representaban a árabes y turcos. En el texto se lee lo
siguiente: “A unos cuantos cientos de metros una tribu aislada de esquimales
hacer reverencias en un extraño ritual...”, y uno de los supuestos indígenas
dice: “Oh poderoso señor de los fríos hielos, escucha nuestros ruegos...”
En la viñeta 1 de la
siguiente página, Namor, el submarinero, quien presenciaba la escena, piensa:
“¡Tontos! ¡Están adorando a un cuerpo congelado en un cubo de hielo!”; y en la
viñeta siguiente los “esquimales” huyen aterrados mientras Namor levanta el
bloque de hielo y les grita. En la viñeta 4 de la misma página, el Submarinero
rompe el hielo al tiempo que se pregunta: “¿Acaso el poderoso Namor ahora solo
puede pelear contra asustados e indefensos primitivos?” El
hombre al que rinden culto los indígenas resulta ser... ¡el Capitán América!
Del mismo modo, en la página
89 (The Avengers, núm. 4, marzo de
1964, p. 8), el CA comenta a los vengadores: “... y luego me encontraron unos
esquimales que pensaron que era un objeto sobrenatural!” ¡¿Cómo o por qué los
“esquimales” adoran a un Capitán América congelado como si fuera un dios?!
Posteriormente, en la página
128 de la compilación en español (The
Avengers, núm. 6, julio de 1964, p. 3), en la segunda viñeta, se ve a Zemo,
el exnazi y enemigo del CA, siendo llevado en hombros por unos indígenas con
piel de un inverosímil color gris plomo. En segundo plano, uno de los indígenas
(que se supone son amazónicos), abanica a Zemo como los esclavos orientales de
las pinturas europeas del siglo XVIII. La viñeta siguiente ya es una obra
maestra del racismo: los indígenas yacen muy pegados al piso, recargados en
antebrazos y rodillas para que Zemo camine sobre sus espaldas. ¿Se habrá
inspirado en esto el equipo de Los 300
para la presentación de Jerjes?
En estas viñetas ningún
indígena dice una palabra, ni Zemo hace referencia a ellos: son apenas unos
objetos vivientes. ¿Por qué los indígenas están sometidos a Zemo? Nunca se
aclara.
Más adelante, en la página
160 en español (The Avengers, núm. 7,
agosto de 1964, p. 7), en la viñeta 2 Zemo aparece sentado “en un rústico trono
en las agrestes profundidades de la selva sudamericana, donde manda como líder
indiscutible.” Misma pregunta que para el episodio anterior.
En la viñeta 3, un Zemo
furioso hace aspavientos ante un indígena acobardado, mientras le grita: “¡No
se queden ahí parados, inútiles! ¡Vayan a las tribus y empiecen a rendir mi
tributo! ¡Es mandato de Zemo!” y en la viñeta que le sigue, seis indígenas más
corren aterrados ante los gritos del exnazi, quien les exige un tesoro,
recordando quizá la leyenda de El Dorado. En las páginas 166-167 del mismo
episodio (pp. 13-14 de la versión en inglés), el CA combate a unos indígenas muy
fornidos y armados con ametralladoras, pero incapaces de vencerlo, cuando él
sólo cuenta su escudo. Tampoco articulan palabra.
¿Por qué los indígenas
amazónicos se humillan servilmente ante el tiránico Zemo? ¿Por qué es su “líder
indiscutible”? Nunca se da una explicación, porque la intención, como en el
caso del culto “capitanamericanista”, es que el mismo lector llegue a la
conclusión más directa y más mezquina: porque
los amerindios son inferiores.
Las ilustraciones y los
textos que involucran a los indígenas son muy claros: estos personajes están
ahí para ser esclavizados por los “malos”, y para ser combatidos y humillados por
los “buenos”; y en última instancia, para ser ridiculizados por los autores del
cómic y su público, ¡ésa es su naturaleza! (según el señor Lee).
Desde luego, el presente
texto no tiene la finalidad de exigir a los creadores unas disculpas que, de
ser posibles, resultarían inútiles y vacías. Más bien se trata de demostrar lo que
pensaba Stan Lee (y piensa todavía, puesto que el cómic no ha sido modificado)
acerca de los indígenas de Anáhuak, y la idea distorsionada que la industria
del cómic estadounidense ha presentado de los mismos.
Es perfectamente comprensible
(aunque no justificable) que una cultura pagada de sí misma, de su progreso
material y tecnológico (porque a eso se reduce su “progreso”), orgullosa de su
moralismo hueco (porque a eso se reduce su idea de lo religioso), realice
proselitismo para hacer participar a los demás de su misma estrechez de miras.
No faltará quien alegue que es necesario ser comprensivos, pues en el momento
histórico en que se realizó esa obra, muchos estadounidenses tenían esa misma
concepción errónea (así se ha hecho con La
carga del hombre blanco de Rudyard Kipling, y con la obra de H. P.
Lovecraft, en espcial On the Ceration of Niggers); pero entonces
¿por qué no hay en esas páginas una sola nota de parte de cualquier funcionario de Marvel o de
Televisa que atenúe, corrija o siquiera explique esto?
En fin, si lo anterior
resulta estúpido pero comprensible, la verdadera aberración es que en un país
como México, cuya Carta Magna lo presenta como nación “pluricultural”,3
se difunda una visión distorsionada y humillante de los indígenas. A final de
cuentas, si a Stan Lee (el autor de este insulto) y a Emilio Azcárraga Jean (el
patrón de sus difusores) poco les importa todo este asunto, a quienes debe
interesar es a nosotros, aun cuando
los indígenas mostrados en este cómic no estén situados en México.
Bueno... ¡es una coedición
con Televisa! ¿Qué otra cosa cabía esperar? Una leyenda en la página legal de
la compilación dice: “Las opiniones expresadas por los autores no
necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación”; pero a las
claras se ve que es una “cura en salud” más bien hipócrita, cuando, programa
tras programa, la compañía de Azcárraga se ha esforzado durante décadas por
presentar el mismo estereotipo de los indígenas, atribuyéndoles servilismo,
cobardía, holgazanería y estupidez.
___
NOTAS:
*La reproducción de las viñetas no tiene fines
de lucro, sino de crítica y análisis. Si los propietarios de los derechos de
reproducción piensan que no deberíamos usarlas, les pedimos que nos lo
notifiquen y serán retiradas.
1.
http://www.rtve.es/noticias/20120914/frank-miller-enfrenta-batman-contra-qaeda-holy-terror/563264.shtml
2. Los
Vengadores. THE AVENGERS. Stan Lee y otros. Marvel Cómics / Televisa,
México, 2012.
3: La Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos dice, en su Capítulo 1, Art. 1,
párrafo 5: “Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico...”,y en su
Art. 2, Párrafo 2: “La Nación tiene una composición
pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas que son
aquellos que descienden de poblaciones que habitaban en el territorio actual
del país al iniciarse la colonización y que conservan sus propias instituciones
sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas.”