Foto: 20minutos.com.mx, 2014
Cada vez son más frecuentes las noticias sobre
intentos de linchamiento en diferentes puntos del país. Casi todos son
frustrados por cuerpos policiacos. ¿Por qué le interesa tanto a las autoridades
impedir que se concreten?
Los ciudadanos damos al Estado la facultad de
ejercer la violencia para que nos proteja de los delincuentes; a cambio,
renunciamos a ejercer la violencia por nuestra propia mano, así sea en busca de
justicia. Pero los ciudadanos comunes y corrientes cada vez estamos más
expuestos a extorsiones, asaltos, secuestros, violaciones y muchos otros
peligros, a manos del crimen organizado. Esto significa que el Estado no es
capaz de proteger a los ciudadanos, o que no le interesa.
Tenemos un Estado sometido al
crimen organizado, tanto al ilegal (narcotraficantes, secuestradores, asesinos)
como al “legal” (narcopolíticos, empresarios sin escrúpulos, autoridades
corruptas y sus porros). El policía que pide mordida es apenas la parte
visible: arriba de él está el jefe policiaco corrupto, que a su vez da su
“cuota” al juez, al gobernador, al empresario, al jefe militar, al gobernador…
Por supuesto, también hay policías que cumplen su deber, como aquel que metió
una bala a un asaltante el pasado 10 de junio.
Es evidente que la clase
comerciante-política sólo busca su beneficio propio. Son unos parásitos que
quisiéramos sacudirnos, pero no sabemos cómo. Las elecciones son un circo donde
las propuestas políticas no responden a nuestras necesidades, y siempre está la
trampa legal que permite a los partidos explotar incluso el abstencionismo. Las opciones son claras: votar por cualquier opción que no sirve o renunciar al
voto, ya sea no votando o anulando el voto, y de todos modos fortalecer a los
diferentes partidos, que no nos representan y que se tapan con la misma cobija.
Nuestro presidente de la república dice que tiene "respaldo y apoyo amplio de la sociedad", nuestro secretario de Hacienda dice que la economía va muy bien (será la
economía de sus familias); el presidente el INE dice que las elecciones fueron
un éxito, y que "2018 no debe ser rehén de demandas sociales" (claramente no entiende para qué se supone que existe el gobierno). Parece que hablaran de otro país. Si la clase política no sirve para representarnos,
ni hace lo necesario por el bien de todo el país en materias de economía,
salud, vivienda… ¿para qué los necesitamos? ¿Para que coman con reyes europeos
mientras el pueblo muere de hambre, o de enfermedades tan simples como diarrea o gripa? Si al menos garantizaran nuestra seguridad…
Pero no. Precisamente por eso la
urgencia policiaca de evitar linchamientos: al parecer la justicia por propia
mano es la única que puede esperarse en un país donde los criminales no van a
la cárcel, o salen o se escapan fácilmente, mientras los policías se dedican a
llenar la delegaciones con beodos inofensivos o meones, o los delincuentes resultan ser
policías o expolicías. En un país donde la justicia está llena de burocracia y
regateos, abogados que alargan juicios para sacar más dinero, donde el que
tienen más dinero tiene a la justicia de su lado, no hay muchas opciones. Cuando
la gente se acostumbre a ejercer la justicia por su propia mano, se dará cuenta
de que no necesita para nada a la clase política. Adiós políticos y adiós a sus
empleados, es decir, la fuerza pública.
Esa clase política está muy
confiada, muy segura de que en los mexicanos ya no queda el arrojo necesario para
otra Revolución, ni otra Guerra Cristera, ni otro 68, ni otro Alzamiento Zapatista. Pero deberían pensarlo mejor: muchas cosas no suceden por valentía,
sino por CANSANCIO. ¿Será que nunca ven las noticias? Mientras la violencia
aumenta, ellos están muy ocupados en inventar nuevas formas de saqueo para
poder darse lujos excéntricos de realeza. Están dando motivos de sobra para que
la gente común y corriente los eche a patadas o a balazos, y desgraciadamente,
en el estado actual de las cosas, nada garantiza que eso mejore la situación
del país.
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